Asesorías vs consultorías: ¿Cuáles son las diferencias?
A menudo surgen dudas y malentendidos cuando hablamos de asesorías y consultorías. Son muchos los que opinan que se trata de lo mismo sin tener en cuenta que, realmente, son dos enfoques distintos que pueden ser llevados a cabo en un mismo negocio, pero no por ello se pueden considerar como el mismo servicio.
En este artículo te vamos a aclarar estos conceptos para que puedas determinar con más claridad si tu empresa necesita una asesoría o una consultoría o, en el caso de que seas tú el despacho, si tu negocio puede definirse más como una consultoría, como una asesoría o como ambas cosas.
INDICE
- ¿Qué es una asesoría?
Una asesoría es un servicio que consiste en preparar documentos fiscales, contables, laborales de un negocio y presentarlos a la Administración competente. Además, las asesorías analizan las cuentas del negocio y, sobre estos análisis, construyen previsiones para acompañar a la empresa en su crecimiento y en situaciones de cambio. Estas pueden venir tanto del entorno externo como del mismo ambiente interno de la compañía, por las necesidades más variadas. Gracias a un asesoramiento continuo y constante, el asesor puede prevenir situaciones complejas o de riesgo para una compañía y, además, se encarga de guiar al emprendedor para que sus acciones no salgan del marco legal establecido.
2. ¿Qué es una consultoría?
Cuando hablamos de consultoría una de las principales diferencias que podemos evidenciar respecto a la asesoría es ofrecer servicios puntuales y no constantes. Cuando en una empresa surge un problema específico que necesita un análisis a fondo, es el consultor quien se encarga de encontrar las causas y proponer soluciones que puedan poner remedio a la situación generada. El trabajo del consultor no tiene por qué referirse a toda la empresa en su conjunto, sino que puede referirse también a un solo departamento de esta. Sin duda el consultor no tendrá una visión histórica completa de la empresa, ya que su trabajo se centra en la actualidad del problema y termina una vez haya solucionado el mismo.
3. ¿Cuáles son las características de una asesoría y de una consultoría?
Teniendo en cuenta lo que hemos comentado hasta ahora, podemos trazar unas líneas conceptuales que nos permiten diferenciar el trabajo de una asesoría del trabajo de una consultoría:
- Duración de la relación de trabajo/contrato: la relación que una asesoría instaura con su propio cliente tiene la característica de ser duradera en el tiempo. El asesor, de hecho, se ocupa de realizar trámites periódicos a nombre de la empresa y de ayudar a la misma proporcionándole la información necesaria cuando esta la necesita. Por otro lado, el consultor tiene una relación a corto plazo con el cliente, ya que su función se considerará terminada una vez haya solucionado un problema o una situación específica surgida de un contexto fuera de lo habitual.
- Servicio externo: tanto la asesoría como la consultoría suelen tratarse de servicios externos a la empresa que solicita la ayuda. No obstante, la relación entre un consultor y su cliente suele definirse como más independiente que la relación que puede llegar a existir entre un asesor y su cliente.
Esto se debe a que el consultor limita sus funciones a aconsejar, sin tomar parte activa en la ejecución del plan que él mismo propone para solucionar un problema. En cambio, el asesor, al tener una relación casi diaria con su cliente, acaba implicándose más en las dinámicas y en los procesos internos de la empresa hasta convertirse, de cierta forma, en un departamento más.
- Tipo de problema: otro aspecto muy relevante es que el asesor presta servicio técnico sobre áreas de la empresa que no conciernen el negocio en sí, sino son, por ejemplo, la contabilidad, la realización de impuestos, el cálculo de nóminas y seguros sociales, etc. Sin embargo, el consultor se ocupa de detectar problemas directamente relacionados con el negocio y los resultados de su actividad; por ese motivo también los consultores se dividen según áreas específicas, consultores de marketing, consultores financieros, consultores de producción, etc.
4. Roles de un consultor de empresa
- Estrategia: en este sentido un consultor sabrá evaluar las mejores estrategias para mejorar la actividad de la empresa, por ejemplo, en cuanto a producción o en cuanto a segmento del mercado, y podrá aconsejar sobre temas como diferenciar la oferta del negocio, diversificarla, comprar un competidor pequeño, externalizar departamentos, etc.
- Operaciones: en esta área el consultor sabrá individuar los fallos en el proceso de producción y rediseñarlo para que sea más eficiente o simplemente aportar modificaciones que puedan influir de forma positiva en los resultados finales.
- Sistemas de tecnología de la información: muchas veces las operaciones dependen también del sistema tecnológico con el que cuenta la empresa, por eso un consultor puede aconsejar la implementación de determinadas tecnologías flexibles que ayuden a mejorar los procesos y aporten un valor añadido al negocio.
- Recursos humanos: en este caso el rol del consultor se basa principalmente en contribuir al desarrollo de los empleados y a implementar técnicas que evalúen y retroalimenten los procesos de aprendizaje de cada uno.
- Marketing: muchas empresas que no tienen un departamento de marketing cuentan con un consultor de marketing que le ayude a dar sus primeros pasos en esta área o a tener una visión diferente y generar estrategias nuevas si se encuentran en una situación de estancamiento.
5. Roles de un asesor de empresa
Teniendo en cuenta que los asesores pueden cubrir diferentes necesidades de la empresa, desde la parte contable, fiscal y/o la laboral, en este párrafo revisaremos las funciones de las que un asesor se ocupa en cada área:
1. Asesor contable: realiza operaciones contables con seguridad, teniendo en cuenta la conformidad de estas con las normas contables del sector y con las exigencias gubernamentales. Su trabajo se centra en entregar informes, controlar y fiscalizar. Algunas de sus funciones son:
- Control del plan General de Contabilidad
- Clasificación de los documentos contables.
- Elaboración de los asientos contables
- Confección y presentación de los libros de cuentas en el Registro Mercantil.
- Envío al Registro Mercantil de las cuentas anuales.
- Gestión de los bienes y del patrimonio del negocio.
2. Asesor fiscal: su rol principal es representar y asistir a los contribuyentes en sus relaciones con la Administración Tributaria, eso puede llevarlo a cabo analizando el entorno jurídico-tributario en el que opera la empresa y eligiendo las mejores soluciones en los plazos establecidos por la legislación. Algunas de sus funciones son:
- Estudio de las oportunidades y modalidades legales para ahorrar impuestos (por ejemplo, asesora en materia de tributos locales y cedidos a las comunidades autónomas, con el objetivo de encontrar las ventajas fiscales útiles al contribuyente)
- Liquidación trimestral del IVA, IGIC e IRPF
- Declaración del Impuestos de Sociedades
- Declaración del IRPF – Impuesto de la Renta de las Personas Físicas –
- Cumplimento de las liquidaciones tributarias en tiempo y forma.
3. Asesor laboral: su función en la empresa concierne toda la gestión laboral de la misma, por eso se le define también como el responsable de la seguridad social de los empleados, de los salarios y contratos, de las jubilaciones y las bajas. Es un experto en economía y derecho laboral. Hay que destacar que un asesor laboral trabaja en 4 áreas principales y en cada una reviste funciones específicas:
- Seguridad social: tramita contratos, despidos, expedientes de regulación de empleo y también el fallecimiento de alguno de los empleados, si fuera el caso.
- Área procesal: se ocupa de todos los procedimientos extrajudiciales de la empresa y de sus empleados.
- Prevención de riesgos laborales: el empresario está obligado a realizar la Prevención de los Riesgos Laborales mediante la integración de la actividad preventiva en la empresa y la adopción de las medidas necesarias para la seguridad y la salud de los trabajadores y en este sentido el asesor le proporcionará la información necesaria para que pueda cumplir con esta obligación.
6. Conclusiones
Como hemos visto, las diferencias son muchas y cada actividad tiene sus peculiaridades, no obstante, los dos tipos de negocios pueden confluir en una misma actividad si el emprendedor así lo decide, ofreciendo servicios cada vez más específicos por cada exigencia y teniendo en cuenta las diferentes necesidades de sus clientes. Hoy en día poder diferenciarse de la competencia es algo prioritario para mantenerse en el mercado y, en este caso, ampliar los servicios de una asesoría con consultas específicas sobre el negocio, podría ser una buena opción para aumentar el valor añadido de los servicios ofrecidos.